¿El Trauma Empieza en la Infancia?

 

El trauma psicológico es una herida emocional profunda que puede influir en nuestra manera de sentir, pensar y relacionarnos con los demás. Muchas veces surge la pregunta: ¿el trauma empieza en la infancia? La respuesta, desde la psicología, es que sí: las primeras experiencias de vida juegan un papel crucial en el desarrollo de nuestra salud mental.

La infancia: una etapa decisiva

Durante la infancia, el cerebro y las emociones están en pleno desarrollo. En esta etapa aprendemos a confiar, a relacionarnos y a construir la idea que tenemos de nosotros mismos y del mundo. Por eso, las experiencias tempranas —positivas o negativas— dejan una huella muy profunda.

Experiencias que pueden generar trauma infantil

No todos los niños viven situaciones extremas, pero incluso experiencias que parecen “pequeñas” para un adulto pueden ser significativas para un niño. Algunos ejemplos son:

  • Maltrato físico o emocional.

  • Abuso sexual.

  • Negligencia o falta de cuidado.

  • Abandono emocional.

  • Conflictos familiares constantes.

  • Pérdida de figuras de apego.

Estas vivencias pueden generar lo que en psicología se conoce como trauma infantil, una huella que, de no ser atendida, puede manifestarse en la vida adulta.

Cómo se refleja en la vida adulta

El trauma de la infancia puede aparecer en la adultez en forma de:

  • Ansiedad o depresión.

  • Dificultad para confiar en los demás.

  • Problemas de autoestima.

  • Relaciones tóxicas o dependencia emocional.

  • Conductas de evasión o miedo al abandono.

Es importante destacar que cada persona reacciona de manera diferente: dos niños pueden vivir una misma situación, pero no necesariamente desarrollarán el mismo impacto psicológico.

La importancia de la terapia psicológica

La buena noticia es que el trauma sí puede sanarse. La psicoterapia ofrece un espacio seguro para reconocer esas heridas, procesarlas y aprender a vivir sin que definan nuestro presente. Trabajar el trauma infantil no borra la historia, pero nos permite construir una vida más libre y saludable.

El trauma puede empezar en la infancia, pero no tiene por qué decidir nuestro futuro. Reconocer, comprender y sanar es un acto de valentía. Recordemos que pedir ayuda psicológica no es debilidad, sino un paso hacia la libertad emocional.

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