Tabúes emocionales: "No llores", "Sé fuerte", "Eso es de débiles"


¿Alguna vez te dijeron que no lloraras porque "hay que ser fuerte"? ¿O te tragaste el enojo porque "es mejor no hacer un escándalo"? Tranquilo, no eres el único. Crecimos en un mundo lleno de tabúes emocionales que nos enseñaron a reprimir lo que sentimos como si fuera algo malo. Hoy vamos a desmenuzar este tema y, de paso, te voy a convencer de que llorar, enojarte o sentirte vulnerable no solo es normal, sino necesario.

¿De dónde vienen estos tabúes?

Desde pequeños, muchos escuchamos frases como:

  • "Los hombres no lloran".

  • "Las mujeres deben ser dulces y comprensivas, no enojonas".

  • "No muestres debilidad, la gente se aprovecha".

Estas "reglas no escritas" no salieron de la nada. En gran parte, vienen de ideas culturales arraigadas que buscan encasillarnos en roles de género y comportamientos "aceptables". Por ejemplo, se espera que los hombres sean duros y estoicos, mientras que a las mujeres se les permite llorar, pero no mostrar enojo o asertividad. ¿Resultado? Un montón de adultos que no saben cómo expresar lo que sienten.

¿Qué pasa cuando reprimimos nuestras emociones?

Imagínatelo así: reprimir una emoción es como intentar contener una olla a presión sin liberar el vapor. Tarde o temprano, explota. Cuando evitamos sentir y expresar nuestras emociones, estas no desaparecen; se acumulan y buscan otras maneras de salir, como:

  • Ansiedad o depresión.

  • Problemas de salud física (dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos).

  • Dificultades en las relaciones (porque nadie entiende qué te pasa si no lo dices).

Reprimir lo que sientes no te hace fuerte; solo te hace vulnerable a otros problemas más graves.

La importancia de hablar, llorar y sentir

Hablar, llorar y sentir son actos poderosos que nos ayudan a liberar tensión y procesar lo que nos pasa. Aún así, muchos lo evitan porque temen ser juzgados o vergüenza. Pero aquí te dejo algunas verdades que te harán cambiar de perspectiva:

  1. Llorar es terapéutico: Las lágrimas no solo alivian el alma; también liberan sustancias químicas que reducen el estrés. Llorar no te hace débil, te hace humano.

  2. Enojarte también es válido: El enojo es una emoción que te indica que algo no está bien. No se trata de explotar, sino de expresarlo de manera saludable: hablar, escribir, o incluso dar un paseo para calmarte.

  3. La vulnerabilidad es fuerza: Ser vulnerable significa ser honesto contigo mismo y con los demás. Es mostrarte tal cual eres, y eso es un acto de valentía enorme.

¿Cómo romper los tabúes emocionales?

No se trata de cambiar de la noche a la mañana, pero aquí van algunos pasos prácticos para empezar:

  • Haz las paces con tus emociones: Cuando sientas ganas de llorar o enojarte, recuerda que es normal. No te juzgues.

  • Habla de lo que sientes: Busca personas de confianza con quienes puedas ser tú mismo. A veces, solo decir en voz alta lo que te pasa ya es un alivio.

  • Cuestiona las frases heredadas: Si te cachas pensando "No debo llorar porque seré débil", pregúntate: ¿De dónde viene esa idea? ¿Realmente es cierta?

  • Busca apoyo profesional: La terapia es un espacio seguro donde puedes explorar tus emociones sin juicios ni presiones. ¡No tienes que hacerlo todo solo!

Emocionarse es de valientes

Romper los tabúes emocionales no es fácil, pero es uno de los mejores regalos que puedes darte. Sentir y expresar lo que llevas dentro no solo te hace más saludable emocionalmente; también te conecta de manera genuina con los demás.

Así que, la próxima vez que alguien te diga "No llores" o "No te enojes", respira hondo, sonríe y responde: "Sentir es mi superpoder".

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