El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

 El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta la forma en que una persona se concentra, controla sus impulsos y maneja su nivel de actividad. A menudo, las personas con TDAH pueden sentirse dispersas, olvidadizas o tener dificultades para mantenerse enfocadas en tareas, especialmente si son largas o aburridas.

Imagina que tu cerebro es como un motor. En las personas con TDAH, ese motor puede funcionar a tres velocidades diferentes: demasiado rápido (cuando sientes que todo va tan rápido que es difícil organizarte), demasiado lento (cuando te cuesta mucho iniciar o mantener el ritmo en una tarea) o justo a la velocidad adecuada, pero esto último puede ser menos común sin un apoyo adecuado.

¿Cómo se manifiesta el TDAH?

Existen tres presentaciones principales del TDAH, y no todas las personas experimentan los mismos síntomas:

  1. Inatento: Puedes tener dificultades para concentrarte, olvidar cosas fácilmente o sentir que tu mente divaga cuando deberías estar enfocado. Esto puede afectar el rendimiento en la escuela o el trabajo, e incluso en las relaciones personales, porque podrías parecer desinteresado o distraído, aunque no sea intencional.

  2. Hiperactivo-impulsivo: Tal vez sientes la necesidad de moverte constantemente, o hablar sin pensar, interrumpiendo a otros o actuando de manera impulsiva. Esto puede hacer que te metas en problemas o que los demás te perciban como inquieto o impaciente.

  3. Combinado: Esta es una mezcla de los dos anteriores. Puede que te cueste concentrarte, pero también sientas esa energía extra o la tendencia a actuar sin pensar.

¿Por qué ocurre?

El TDAH tiene una base biológica, lo que significa que no es simplemente una falta de esfuerzo o motivación. Los estudios sugieren que hay diferencias en la forma en que el cerebro procesa la información, especialmente en áreas relacionadas con la planificación, la organización y el control de impulsos. También puede haber factores genéticos; si alguien de tu familia tiene TDAH, es más probable que tú también lo tengas.

¿Cómo puede afectarte?

Tener TDAH no significa que no puedas tener éxito o ser feliz. Sin embargo, puede hacer que algunas cosas sean más difíciles si no se manejan de la forma adecuada. Puede influir en tu rendimiento académico o laboral, en tus relaciones o en cómo te sientes contigo mismo. A veces, podrías sentirte frustrado o como si estuvieras fallando, cuando en realidad solo necesitas aprender diferentes formas de manejarlo.

¿Qué se puede hacer?

La buena noticia es que hay muchas maneras de manejar el TDAH. Algunas personas encuentran útil la terapia cognitivo-conductual, que puede ayudarte a desarrollar habilidades para organizarte mejor y manejar tus impulsos. Otras personas pueden beneficiarse de medicación, que ayuda a equilibrar los químicos del cerebro para mejorar la concentración y reducir la impulsividad. También es importante crear hábitos saludables, como establecer rutinas, hacer ejercicio y dormir bien.

Tener TDAH no te define. Con el apoyo adecuado y las estrategias correctas, puedes aprender a usar tus fortalezas y vivir de manera plena.

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